Israel suspendió los permisos de trabajo para los palestinos, en la aldea cisjordana de Kafr Dan, donde vivían los dos hombres armados que se enfrentaron con las las FDI el martes, provocando la muerte de un oficial israelí, además de la muerte de los dos terroristas.
La decisión provocó la ira entre los palestinos que afirmaron ser víctimas de castigos colectivos. También provocó un debate en el lado israelí, en cuanto a la efectividad de la decisión.
En los últimos años, Israel decidió reforzar los ingresos y la calidad de vida de los palestinos mediante la emisión de un número creciente de permisos para trabajar dentro del país, y evaluar su contribución para reducir la actividad terrorista.
Según un funcionario de seguridad, la decisión de revocar los permisos de trabajo de los residentes de Kafr Dan se produjo después de serias deliberaciones. "Hay entre cientos y miles de palestinos con permisos, y la decisión es un golpe significativo para ellos", señaló.
"Este asunto surge después de cada ataque terrorista. El Coordinador de Actividades Gubernamentales en Cisjordania (COGAT) recibe en su página de Facebook mensajes quejándose de castigos colectivos", agregó.
El funcionario expresó que el público palestino está ansioso por cada uno de esos eventos y preocupado por los posibles daños individuales. "Si se hace un cierre específico, el área se comporta inmediatamente en consecuencia", dijo el funcionario. "A nivel colectivo, después de que decidimos cerrar los cruces a Jenin o en un período general de tensión de seguridad, muchos residentes en la gobernación de Jenin que están en Israel deciden no regresar a sus casas porque temen no poder ir a trabajar", agregó.
"Vemos a los palestinos cuyos permisos de trabajo son revocados cuando llegan al puesto de control y cómo están molestos", contó. Pero también se hacen esfuerzos para disuadir a esos mismos palestinos y a otros de unirse a los actos terroristas.
El objetivo de Israel es crear influencia para que el apoyo al terrorismo resulte en pérdidas para los terroristas y sus partidarios, a través de medidas que muestren a los palestinos que están obligados a pagar el precio de tales acciones. El gobierno israelí impidió el acceso al trabajo en Israel a unos 2.500 familiares de palestinos que llevaron a cabo un acto de terrorismo.
Los funcionarios de seguridad consideran que la revocación de los permisos no es una solución a corto plazo, sino que tiene efectos a largo plazo en la economía y en los ingresos familiares.
Un funcionario explicó que el interés de Israel es que los palestinos se ganen la vida en Israel, como fuente de estabilidad. "Entendemos esto por nuestras investigaciones", dijo. "Queremos que entiendan que cuando un residente local lanza un ataque, a toda su familia se le prohibirá la entrada al trabajo. Al igual que los terroristas entienden que su casa será demolida", añadió.
"Ofrecemos una alternativa a la dependencia de que las familias reciban estipendios cuando sus miembros mueren como 'mártires'", dijo refiriéndose a los pagos realizados por la Autoridad Palestina a las familias de los terroristas encarcelados o asesinados.
En mayo pasado, Israel bloqueó el cruce fronterizo de Rumana desde Cisjordania hacia Israel, para los residentes de Rumana, cerca de Jenin, durante aproximadamente tres semanas, después del ataque terrorista en Elad.
Según el funcionario, la revocación de los permisos de trabajo no ocurre de la nada, y no se considera un castigo colectivo. "Lo discutimos en profundidad", señaló. "Nos sentamos y hablamos de nombres y examinamos apelaciones", expresó, y agregó que el hecho de que se hayan emitido permisos hace que el monitoreo de esos trabajadores sea más fácil.
Cada día, alrededor de 112.000 palestinos con permisos de trabajo cruzan a Israel en busca de trabajo, mientras que a otros se les permite entrar en busca de empleo, mientras que miles más entran ilegalmente. Unos 38.000 palestinos tienen trabajo en asentamientos judíos.
Los palestinos que trabajan en Israel ganan salarios más altos que los que están empleados dentro de la Autoridad Palestina.
El salario medio de un trabajador palestino en Israel ha aumentado de 5.000 a 8.000 shekels, mientras que en Cisjordania el salario medio asciende a 3.500 shekels.
Esta brecha creó una nueva realidad, en la que los palestinos que trabajan en Israel hacen la transición a clases sociales más altas. "El trabajador palestino piensa en sus tres generaciones futuras. Habla de comprar una casa para su hijo o financiar la educación de sus hijos", dijo el funcionario de seguridad.
Dado que a menudo están en la posición de recomendar amigos y familiares a sus empleadores, su amistad a menudo es buscada. "Cada trabajador de los 150.000 palestinos empleados tiene 5-6 miembros de la familia", agregó el funcionario.
Según los datos, el empleo israelí representa el 35% del PIB palestino.
La política de empleo como herramienta para bajar el listón del terrorismo, y como palanca para crear presión se implementó con éxito en la reciente ronda de combates en Gaza, en agosto pasado. Los funcionarios creen que ésta fue una de las razones por las que Hamas no se unió a los combates.
"Al final del día, Hamas es el cuerpo soberano en Gaza, y necesita explicarse a sus civiles y debe proporcionar un horizonte económico", dijo el funcionario. "Hamas debe explicar por qué un gazatí que estaba haciendo miles de shekels en Israel perderá su trabajo debido a los misiles o el terrorismo", añadió el funcionario.
Las brechas salariales en Gaza son aún más significativas que las de Cisjordania. El salario promedio en Gaza es de 60 shekels por día y las cifras de desempleo se sitúan en 50 por ciento. Un gazatí que trabaja en Israel lleva a su casa unos 400 shekels diarios.
