Tras el estallido de las hostilidades con Gaza a principios de este mes, Uri Kimhi, de 88 años, se quedó en su sofá en lugar de correr hacía el refugio antibombas, justo cuándo un cohete lanzado por terroristas impactó en su casa y la dejó en ruinas.
Un vecino que entró corriendo y gritando "¿Estás bien, Uri?", temiendo lo peor, encontró a Kimhi sonriendo entre el polvo y escombros.
"Hubo presión en la puerta (del refugio antibombas) y las llamas consiguieron atravesarla", dijo Kimhi más tarde en una entrevista. "No estaba nervioso porque he escuchado muchas explosiones en mi vida" aseveró.
Encorvado por la edad y caminando con un bastón, Kimhi es un agricultor jubilado, veterano de tres guerras israelo-árabes y es residente desde hace mucho tiempo en Ashkelon, que, ubicada a 43 kilómetros de Gaza, ha sido a menudo un blanco de disparos de cohetes por parte de terroristas palestinos.
Aunque no está impresionado por el alto el fuego entre israelíes y palestinos, es optimista sobre su futuro y el de su familia.
"No creo en el alto el fuego, pero volveré", respondió Kimhi en la entrevista. "La casa que fue destruida por el cohete será reconstruida y seguiremos viviendo en ella hasta que cumplamos 120 años", expresó el veterano de guerra que presenció uno de los peores ataques en la historia a su ciudad, Ashkelon.