Israel está experimentando brotes de coronavirus en todo el país y la jefa de Salud Pública, Sharon Alroy-Preis, lo atribuye principalmente a la propagación en distintas comunidades y a las violaciones de la cuarentena.
"Inicialmente encontramos infecciones en personas que regresaban de viajes al extranjero, pero ahora estamos viendo más casos confirmados que son el resultado de la propagación en la comunidad y de personas que violan la cuarentena", dijo Alroy-Preis a los miembros de la Comisión de Constitución, Derecho y Justicia de la Knesset.
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Israelíes se someten a pruebas de detección del coronavirus en el lugar reabierto en Petah Tikva.
(Nadav Abas)
"Hay 20 instituciones educativas cerradas debido a brotes de COVID"
Sharon Alroy-Preis, jefa de Salud Pública
Sin embargo, también aseguró que, aunque la tasa de infección en Israel está en aumento, los hospitales están tratando menos casos de COVID-19 que en mayo.
El Ministerio de Salud informó este martes la confirmación de 283 casos positivos, mientras que 45 personas están siendo tratadas por COVID en los hospitales, lo que supone un descenso respecto a las 56 de hace tres semanas.
Según datos del ministerio, 21 personas están siendo tratadas por complicaciones graves del virus, frente a los 31 enfermos graves de la primera semana de junio. Por otro lado, 14 personas permanecen conectadas a respiradores, frente a las 18 de hace tres semanas.
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La Dra. Sharon Alroy-Preis habla de la respuesta de Israel al COVID en la Knesset.
(Knesset Channel)
"Tenemos suficientes vacunas para todo el mundo, pero caducan a finales de julio, por lo que tenemos diez días para terminar las primeras inoculaciones obligatorias
Naftali Bennett, primer ministro
Con todos estos datos, el gobierno decidió clasificar como "zona roja" a cuatro comunidades de Israel.
Kfar Saba, Binyamina, Kochav Yair y el asentamiento cisjordano de Tzufim- cambiaron de clasificación luego de semanas. Mientras que Modi'in y Herzliya pasaron a la categoría "naranja" y Ramle y Pardes Hanna a la "amarilla".
La jefa de salud pública también advirtió que "hay 20 instituciones educativas cerradas debido a los brotes de COVID-19" y remarcó que el éxito en la campaña de vacunación no significa la erradicación del virus y su transmisión.
"La situación es fluctuante y todavía existe un riesgo para la salud pública derivado de la pandemia mundial", dijo, luego de señalar que el 35% de los israelíes con derecho a aplicarse la vacuna aún no la han recibido.
El primer ministro Naftali Bennett visitó un centro de vacunación en la ciudad central de Holon, donde instó a los padres israelíes a vacunar a sus hijos.
Tel Aviv, mientras tanto, reabrió este martes un centro de pruebas en la céntrica plaza Rabin, en coordinación con la unidad de respuesta al coronavirus de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Tras la visita al centro de vacunación, Bennett aseguró que el gobierno tomará medidas para prohibir todos los viajes a los países "rojos" donde las tasas de infección son elevadas y fijó el objetivo de administrar 30.000 vacunas al día a adolescentes de entre 12 y 15 años o a los adultos que aún no se hayan vacunado.
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Trabajadores municipales de Tel Aviv construyen tiendas de campaña para albergar un centro de pruebas del coronavirus.
(Hadar Yoavian)
Junto al ministro de Salud, Nitzan Horowitz, y el nuevo director general del Ministerio de Salud, el profesor Nachman Ash, Bennett lanzó una fuerte advertencia
"Tenemos suficientes vacunas para todo el mundo, pero caducan a finales de julio, por lo que tenemos diez días para terminar las primeras inoculaciones obligatorias", cerró.
