Muchos de los graduados de estas unidades han recibido en los últimos dos años consultas de entidades que pertenecen o prestan servicios a una empresa llamada “DarkMatter”, que, según publicaciones mundiales, es en realidad el brazo comercial de la división cibernética del servicio de inteligencia de los EAU (Emiratos Árabes Unidos). De esta manera, algunos de los israelíes que recibieron propuestas comenzaron también a trabajar para DarkMatter.
No sólo empresas extranjeras tratan de reclutar expertos cibernéticos israelíes. También empresarios locales, muchos de ellos ex altos funcionarios de la comunidad de inteligencia, crean empresas en el extranjero, lejos de la rígida supervisión del Ministerio de Defensa, y reclutan graduados de las unidades de las FDI.
La principal tentación de los salidos de estas unidades es el dinero. Mucho dinero. En una correspondencia que llegó a nosotros, un recién liberado de la unidad 8200 dice a los "cazadores de talentos” (“Headhunter”: apodo de la persona cuyo trabajo es encontrar líderes profesionales) que si no son más de U$S 40.000 al mes, no hay nada de que hablar. El “cazador de talentos”, por cierto, le responde que no hay problema y que ganará mucho más. En otro caso, le ofrece al graduado de la unidad que lleve consigo a todo su equipo del 8200 al extranjero y "recibir condiciones con las que, realmente, no existe una organización capaz de competir". Esto incluye la "reubicación con vista al mar", un toque de vida de lujo. Otros testimonios que nos llegaron presentan ofertas que alcanzan los U$S 100.000 por mes, sin incluir bonos.
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Las ofertas de trabajo no son solo para empresas extranjeras, sino que también hay israelíes interesados en contar con sus servicios.
(Ynet)
Las unidades de tecnología del sistema de seguridad se han considerado la incubadora del Hi-Tech (alta tecnología) israelí desde la década de 1990. Muchos soldados y oficiales que sirven en estas unidades luego se trasladan naturalmente al mercado privado, y algunos continúan trabajando en el mismo campo. De todos modos, mientras la compañía sea israelí, tiene restricciones sobre lo que puede vender y a quién.
Un excelente ejemplo de tal sociedad israelí es NSO group. Los fundadores de la compañía se dieron cuenta de que conocidas aplicaciones como Whatsapp y Telegram están encegueciendo al país. Incluso si la inteligencia pudiera conectarse a la línea de datos, recibiría un código poco claro que llevaría años descifrarlo. Los miembros de la compañía desarrollaron un software llamado "Pegasus", que penetra en los teléfonos y "captura" la correspondencia antes de que se codifique el texto. Con cientos de millones de dólares en ingresos por año, NSO se ha convertido en un líder mundial en la piratería de teléfonos móviles y también ha generado bastantes críticas por ello. Por un lado, es una herramienta que permite el monitoreo de organizaciones criminales, terroristas y traficantes de armas. Por otro lado, surgieron denuncias de que "Pegasus" fue utilizado por los gobiernos para monitorear a periodistas y activistas de derechos humanos. Algunos miembros de la comunidad de inteligencia afirman que NSO también utilizó, en sus comienzos, el conocimiento adquirido en el sistema de defensa, pero la compañía lo niega y afirma que todo el conocimiento nació y se desarrolló en su seno. De cualquier manera, también NSO emplea en su sistema de desarrollo y producción principalmente graduados de las unidades tecnológicas de la comunidad de inteligencia.
Según publicaciones en el extranjero, NSO ha vendido productos cibernéticos también a los Emiratos Árabes Unidos, el rico principado árabe del Golfo Pérsico. Informes extranjeros afirman, que en los EAU han utilizado bastante las herramientas ofensivas de NSO. Por ejemplo, se revelaron transferencias de cientos de millones de dólares en efectivo de Qatar, el principal enemigo de los Emiratos, a Hezbolá, a la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria y a ISIS. Las publicaciones avergonzaron a Qatar, y provocaron una guerra cibernética general en el Golfo, a la cual, también se sumaron los rusos.
El pago que NSO recibe por sus servicios se realiza según lo que se conoce en la jerga profesional como el "sistema de tokens". Un país en particular adquiere el programa - su costo es estimado en varias decenas de millones de dólares - y le paga a la compañía otra cantidad específica por cada ataque. Se estima que los EAU han pagado cerca de U$S 100 millones a la NSO, además de los pagos por copia que el principado ha efectuado a otras compañías cibernéticas por servicios adicionales. Si bien el dinero no es un gran problema para el principado que nada en petróleo, a nadie le gusta pagar tanto. Sin embargo, si las publicaciones sobre el tema son precisas, lo que probablemente preocupó a la inteligencia de los EAU es otra limitación: NSO no permite la piratería de teléfonos israelíes ni estadounidenses. Entonces decidieron ellos mismos convertirse en una superpotencia cibernética. Y rápido.
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First published: 17:09, 19.11.19
