Tras la aprobación parlamentaria de la primera ley que forma parte de una controvertida reforma judicial, el primer ministro Benjamín Netanyahu difundió públicamente un video en el que convoca a un diálogo con la oposición, sector que se resiste a la reforma por considerarla antidemocrática.
“Ciudadanos de Israel, es hora de hablar. Cuando hay diferencias de opinión podemos y debemos hablar para llegar a acuerdos, o al menos reducir los desacuerdos”, afirmó Netanyahu, horas después de que el presidente Isaac Herzog manifestó en una conferencia de Ynet su “decepción por la falta de respuesta a mi llamado a conversar”.
El mandatario pidió “liderazgo y responsabilidad nacional” y criticó a la oposición por la falta de canales de diálogo que existieron hasta la fecha. “Lamentablemente, hasta ahora del otro lado nadie se puso de pie para hablar, así que me pongo de pie y llamo a que hablemos sin condicionantes previos para lograr un acuerdo amplio en beneficio de todos los ciudadanos”, dijo.
Minutos después de la difusión del video, el líder opositor Yair Lapid respondió a Netanyahu que “en lugar de hacer declaraciones a los medios, llame al presidente y le informe que frena todos los procesos legislativos e inicia negociaciones” para tratar de generar consensos.
“Ciudadanos de Israel, no tengo una forma agradable de decir esto: el primer ministro Netanyahu está mintiendo. Durante semanas estuvimos tratando de conversar con ellos”, acusó Lapid. “El presidente y hasta los estadounidenses suplicaron que detengan la reforma, y el pueblo de Israel está pidiendo al gobierno que evite un quiebre terrible”, agregó.
El presidente de Yesh Atid describió a la reforma judicial como una “legislación apresurada, irresponsable y antidemocrática que daña gravemente a la economía y la seguridad” y minutos después, a través de su cuenta de Twitter, volvió a dirigirse a Netanyahu: “Frena las leyes y habrá diálogo”.
Merav Michaeli, presidenta del partido de izquierda Avodá, pidió que la oposición rechace el pedido de diálogo para “no cooperar con un régimen golpista” y aseguró que el objetivo del llamado de Netanyahu es obtener legitimidad opositora para avanzar con la reforma. “En el día en que la ONU pide a Netanyahu que detenga el daño a la democracia israelí, cuando los líderes mundiales le sacan tarjeta amarilla, mientras todos los economistas y referentes de la seguridad nacional están en su contra; Netanyahu está desesperado por encontrar la legitimidad de la oposición para este peligroso golpe de Estado”, afirmó.
